jueves, 18 de marzo de 2010

Drácula, el no muerto

9 de marzo de 1912

Querido Quincey:

Mi querido hijo, toda la vida has sospechado que ha habido secretos entre nosotros. Temo que ha llegado la hora de revelarte la verdad. Si estás leyendo esta carta es que el mal ha regresado. Y ahora tú, como antes tus padres, estás en grave peligro. Temo que ahora ya no somos lo bastante fuertes para protegerte. Drácula es un enemigo sabio y astuto. No puedes huir y no hay donde esconderse. Has de enfrentarte y luchar.

Tu madre, Mina


Autor: Drace Stoker & Ian Holt

La primera vez que vi esta portada en el escaparate de una librería cercana a casa, quise tenerlo entre mis manos, aunque ello no descartara que me diera miedo leer esa presunta segunda parte de la legendaria novela de Stoker. Pero, ¿qué hay en realidad de todo ello? ¿Se trata verdaderamente de una secuela de la aclamadísima y ya clásica Drácula? ¿Podía, Drácula, resucitar de entre los muertos después de haberse convertido en fino polvo?

¿De qué va esta historia supuestamente escrita por un descenciente de Bram Stoker?

Han pasado veinticinco años desde que Drácula fue derrotado. El grupo de héroes que logró acabar con el monstruo vive aún atormentado por la experiencia de enfrentarse a la encarnación del mal. Jonathan, convertido en un alcohólico, vive torturado al comprobar que a su esposa Mina le ha sido concedido el insólito don de la eterna juventud; Steward, obsesionado por el recuerdo del conde, se ha refugiado en la morfina, Arthur Holmwood, por su parte, es hoy una persona taciturna y oscura, incapaz de superar la pérdida de su amada Lucy; mientras que sobre el doctor Van Helsing recaen las sospechas de ser el mismísimo Jack el Destripador...

Quincey Harker, el hijo de Jonathan y Mina, estudia Derecho en la Sorbona acatando así los deseos de sus padres, si bien su corazón alberga una pasión desmedida por el teatro. El casual encuentro con una compañía dirigida por Bram Stoker le permitirá descubrir la historia del conde drácula y el papel que sus padres y los amigos de éstos desempeñaron en su fin. Decidido a perseguir su sueño, Quincey abandonará sus estudios y contactará con Basarab, un misterioso y reputado actor de origen rumano, para que encarne en el escenario al diabólico protagonista. Pero el joven Harker ignora aún que un maligno poder se extiende con fuerzas renovadas por el mundo, ensañándose con todos y cada uno de los que dieron caza al conde. El peligro que se cierne sobre ellos es de una magnitud inimaginable, puesto que lo motiva uno de los mayores impulsos que existen: el deseo de venganza.

Desde las primeras páginas supe que me iba a gustar. También he de confesar que disfruto ante una historia bien escrita, me guste su argumento o no y Drace Soker sabe escribir. Desde el comienzo te atrapa con su buena narrativa y su manera de plantearnos de qué irá esta historia.

Antes de comenzar a leer el libro hice una cosa que, por norma, sólo hago cuando descubro a un nuevo autor que me gusta: leer su biografía. Cuando leí que Drace Stoker era sobrino biznieto de Bram Stoker (cabía la posibilidad de tratarse de un pseudónimo diestramente captado por el autor para engancharnos a su obra) y que contaba con la aprobación de los herederos del escritor, pensé que tendría en mis manos algo inusual e interesante, una historia que seguía las pautas del guión original de Stoker, pero nada más allá de la realidad.

Al principio pensé que era un error. Incluso se lo comenté a mi marido: es una historia magnífica pero su autor ha cometido un fallo: no es una continuación del Drácula de Stoker sino del Drácula de Coppola. ¿Cómo podía haber cometido un error tan grave? ¿Acaso había cometido la osadía de ver la película y pretender con ello conocer la obra de Stoker? Pero no podía ser, porque la novela hace referencias a la historia anterior que están poco o nada descritas en la película, pero tratar al personaje de Drácula de romántico cuando la novela original ha sido y siempre será el referente del mito de Drácula como personaje de terror, me parece aberrante.

Dejando a un lado nuestra opinión en lo relativo a segundas partes, diremos que la obra cumple con el requisito exigido: entretener. Es una obra , como ya he dicho antes, bien escrita, con unos personajes bien elaborados y una historia original y bastante interesante. Las historias entre los diferentes personajes se van sucediendo de manera alterna siguiendo un esquema similar al de la novela original de capítulos breves y fáciles de devorar.


Cabe destacar la recreación que hace el autor del personaje histórico de Erzsébet Báthory, la condesa sangrienta que le da a la novela ese toque de terror que guía el eje principal de la trama.

¿Recomendaría el libro? Sí. No diré nada malo de él, puesto que es una gran obra, y como romántica empedernida que soy, me gusta el matiz que adquiere el personaje pero advertiría a los seguidores de Stoker y los amantes del mito original del personaje que desecharan la idea de ver resurgir al asesino cruel y despiadado ideado por Stoker. No queda nada de él. Drace Stoker trasgiversa pasajes de la novela original para amoldarlas a sus necesidades y hacer de Drácula un héroe más propio de una novela romántica.

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