
Yace como dormido en su tumba,
con las mejillas coloreadas,
el pelo y las uñas han crecido desde el funeral,
la boca muestra rastros de sangre...
El horror anima los rostros de quienes desenterraron el cadáver del muerto vivo, al confirmar sus sospechas:
se trata de un vampiro.
Pero están preparados...
Llevan abundante agua bendita, un crucifijo y lo más importante:
una estaca de madera de espino.
El cazador de vampiros hunde la estaca en el corazón del temido monstruo.
Pero aún no ha terminado:
quedan las víctimas del vampiro,
auqellos a quienes ha mordido,
también serán vampiros a su muerte.
La lucha contra los vampiros jamás termina...
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